XI MEMORIAL PERMANENTE DEL SIDA

XI MEMORIAL PERMANENTE DEL SIDA

El 30 de mayo de 2020, celebramos el XI Memorial Permanente del SIDA, pocos días antes de cumplirse el décimo aniversario de la inauguración del Bosque de la Memoria.

Este año la situación producida por el coronavirus, ha condicionado que este Memorial fuera, breve, íntimo y tan diferente al de otros años, pero con la misma carga emocional y sentimental que siempre y, además, complementando el homenaje presencial, con una campaña en redes sociales, subiendo una foto con el hashtag #YOPONGOMIFLOR


En ese tiempo, fueron muchas las declaraciones en medios de comunicación y redes sociales, algunas de ellas, totalmente inaceptables, comparando el COVID19 con el VIH y aunque pueden tener semejanzas, sobre todo en el inicio de ambas pandemias, por aspectos como, el origen animal de ambos virus, el reto diagnóstico y terapéutico, el miedo a lo desconocido, la desinformación… también hay diferencias palpables.

El COVID19 es contagioso, el VIH transmisible, ambos virus tienen diferente evolución y por supuesto tienen diferentes vías de contención.

No hay que aislar a las personas que viven con VIH. Convivimos con el VIH, pero es un virus que no nos infecta por ir paseando por la calle, cenar en un restaurante o por ir a clase.

Más del 90% de las transmisiones de VIH se producen por vía sexual. Tenemos un tratamiento eficaz y al controlarse la carga viral, los pacientes con VIH no transmitimos la infección. No nos olvidemos que INDETECTABLE=INTRANSMISIBLE

En el caso del coronavirus, la amenaza es más global. Esto ha universalizado la epidemia. Con el VIH, hemos aprendido, no solo con él, sino de él. Hemos aprendido que cuando en el inicio de una epidemia, el problema se siente ajeno, y se juzga y se culpabiliza a las personas por su infección, su estilo de vida, sus hábitos o su orientación sexual, se pueden seguir produciendo anualmente 2 millones de infecciones y 700 mil muertes.

Hemos aprendido, a ver en los ojos de los demás, como desde su ignorancia se refleja el miedo, y se nos ve como una amenaza.


Hemos aprendido de estigma, de rechazo social, desprecio, aislamiento y soledad, de discriminación y dificultades de acceso al mundo laboral.


Hemos aprendido de desprotección, recortes, desigualdades en salud y exclusión sanitaria y que es necesario, una respuesta política comprometida con la salud pública, universal y gratuita.


Hemos aprendido de empatía, resiliencia, solidaridad, respuesta comunitaria, apoyo mutuo, responsabilidad compartida, derechos humanos, equidad...


Hemos aprendido que es necesario, evitar la exposición al virus y no a las personas que viven con él y, la importancia de utilizar el lenguaje adecuado, no es lo mismo VIH que SIDA, el VIH no se contagia, se transmite…


Hemos aprendido, que uno de los pilares del estigma es la desinformación y, a ver todos nuestros miedos y los errores del pasado, en las personas que hoy reciben un diagnóstico de VIH.


Y seguiremos aprendiendo.

Nuestro recuerdo y respeto a todas las personas fallecidas en el mundo por el coronavirus.